Palabras de Narciso Isa Conde en el acto de lanzamiento de la “Escuela Libre José Carlos Mariategui”
(Santo Domingo, República. Dominicana)


“Mariátegui no solo fundó una manera de pensar la revolución y el marxismo desde las características de nuestra América, sino que nunca le cerró las puertas a otras fuente del pensamiento que pudieran contribuir al proyecto emancipatorio.”

“Hoy mas que nunca precisamos volver a esa forma de pensar el socialismo científico, sin dejarnos atrapar de su matriz europeísta, pero sin desconocer los valiosos aportes de esa cultura al pensamiento revolucionario universal”

“Hoy necesitamos, desde esa manera de encarar el marxismo, abrir nuestras mentes y corazones a otras escuelas de rebeldía frente al orden dominante, a su carácter de clase, a su contenido patriarcal, a su cultura racista, a sus prácticas depredadoras y contaminantes, a su enorme poder excluyente, a su sistema adulto-céntrico, a su aberrante militarismo”




Compañeros (as) de juventud, compañeros(as) de madurez:

La muy original organización juvenil “La multitud”, adoptó hace algunas semanas la decisión de poner en marcha una escuela libre de formación política.

Una decisión autónoma y bien pensada.

Una sabía decisión colectiva no muy común, más bien escasísima, en las últimas décadas.

Galván, a nombre todos(as) sus integrantes, me pidió opinión al respecto y me puso a pensar en el posible nombre del proyecto, al tiempo de proponerme que me hiciera cargo de la dirección de este nuevo espacio de estudio.

En verdad no dilaté las repuestas.

Consideré magnífica la idea, sobre todo por tratarse de un proyecto impulsado desde una nueva organización juvenil.

Le sugerí en minutos el nombre de José Carlos Mariategui, un gran revolucionario y pensador socialista peruano y latino-caribeño; un ser humano excepcional, un visionario, un hombre de miras universales, un marxista creador, un rebelde contra el dogma y las injusticias.

Un talento joven cuya producción teórica hizo escuela en su época, sobrevivió al largo predominio de la dogmatización, trascendió su corta vida y la propia época en que le tocó luchar, y renovó su vigencia espiritual en el contexto de la actual oleada de cambio que recorre este continente de la esperanza, al potenciarse significativamente como una de las fuentes de inspiración del nuevo socialismo latino-caribeño.

Mariategui es una especie de Gramsci latinoamericano.

Herejía revolucionaria, como la del Che Guevara, sobrevive al dogma y al fudamentalismo de ambos flancos: al “discurso único” destinado a eternizar el capitalismo y el imperialismo, y al anquilosamiento del pensamiento socialista.

El joven José Carlos-joven incluso al momento de su muerte física- vivió una intensa agonía por la vida tal y como lo describe uno de los grandes estudiosos de su obra: el intelectual peruano Alberto Flores Galindo.

Agonía en el sentido de la definición de Unamuno: en lugar de un paso próximo a la muerte, un grandioso combate por la vida.

Debate, herejía, lucha tenaz y persistente por la liberación de los seres humanos.

Amor inagotable hacia su pueblo, sus amistades y sus familiares queridos.

Agonía como búsqueda de los caminos de libertad y liberación, como ruptura de moldes y culturas dominantes, como pasión por incorporar la sabiduría y las experiencias comunitarias de los pueblos originarios al proyecto socialista continental.

Llama la atención y recobra extraordinaria vigencia el drama fructífero de este “amauta”, de este pensador peruano, por armonizar la obra de Marx y Engels y otros teóricos del socialismo- formidable producto del pensamiento revolucionario europeo-occidental- con una tradición cultural diferente e incluso contradictoria.

Sobresale su extraordinario esfuerzo para complementarla, y mejor aun, para pensarla desde una realidad bastante diferente a la que le dio origen.

Su enorme acierto le costó muchos sinsabores en aquellos tiempos, pero sobrevivió la exclusión firmemente calculada por el stalinismo, hasta situarse hoy en un alto pedestal del debate entorno al socialismo actual, al punto que el comandante Chávez ha vuelto a relanzar en grande la propuesta mariáteguista del socialismo indo-americano

Esta especie de subversión teórica de Mariategui le exigió superar la inercia dogmática y seguidista (oficial y oficiosa) de entonces, abriendo su mente a “pensadores incómodos” como Gramsci, Trosky, Rosa Luxemburgo, Lukacs, Sorel, Kosch y otros (as) sin desvincularse, más bien aferrándose profundamente, al marco peruano e indo-americano en que le tocó actuar.


Le exigió, sobre todo, “interrogar la realidad” y hacerse portador de una fe riesgosa y apasionada, de una fe revolucionaria –no basada en determinaciones preconcebidas ni siquiera en las “leyes de la dialéctica”- sino en voluntades colectivas capaces de generar un mito, una mística multitudinaria y transformadora.

La razón, la ciencia-pensaba Mariategui- son absolutamente necesarias, pero a la vez se precisa del mito, de la pasión revolucionaria.

Razón y ciencia deberán estar presentes en esta escuela libre que hoy ponemos en marcha. Pero nunca separadas del propósito de recrear la ética y el mito revolucionarios que en esta nueva época sean capaces de mover multitudes.

La Multitud que auspicia esta escuela libre y liberadora por suerte es joven, quiere ser sabia y se propone motivar desde el estudio y la lucha, desde el conocimiento científico y el fervor revolucionario, a ese gigante semi- adormecido políticamente que es la juventud dominicana; comenzando por crear los antídotos a las sustancias ideológicas que subordinan sus mentes a los anti-valores dominantes, funcionales al imperialismo y al imperialismo del siglo XXI.

¿Cómo decirle que no a la propuesta de dirigir, orientar, este proyecto educativo de esta todavía pequeña pero hermosamente ambiciosa Multitud?

En verdad tengo muchos compromisos revolucionarios, muchas tareas pendientes. Aquí y en el exterior.

En verdad tengo el deber de contribuir con otras escuelas y procesos formativos como el que representan la Escuela de Formación Política Orlando Martínez y otras iniciativas. Aquí y en el exterior.

Pero no podía decirle que no a esta linda iniciativa. No debía rehusar el honor y la expresión de confianza que este valioso encargo representa.

Voy a dar todo lo que pueda para el éxito de este nuevo e innovador desafío formativo y creo poder hacerlo sin una enorme sobrecarga, porque esta escuela libre ha sido concebida con un formato sencillo, pensando en su desarrollo progresivo: de lo pequeño a lo grande, de lo simple a lo complejo.

Pero además es la hora- como decía Mao Tse Tung, gran pensador revolucionario y héroe nacional de la República Popular China- de que aquí “florezcan mil flores y se formen cien escuelas”. Y todo lo que esté a mi alcance para que así sea, trataré de ofrecerlo con gran placer e intensa voluntad.

Muchachos, muchachas: cuenten conmigo en esta nueva empresa destinada a forjar nuevos valores y actores (as) más concientes y capaces de potenciar el pensamiento y la acción revolucionaria en esta trascendente e inevitable batalla de ideas contra las ideologías y las culturas dominantes. ¡Por al hegemonía de la propuesta emancipadora de los(as) de abajo¡.

Y mano a la obra: entrego a ustedes un primer plan de trabajo, con tres iniciativas:

- El primer ciclo de conferencia
- El primer curso básico
- Y la primera propuesta para iniciar la cátedra sobre la obra de Mariategui.


No se trata de un decreto, sino de un conjunto de sugerencias a considerar colectivamente, a corregir y/o enriquecer, y a ubicar en tiempo y espacio.

La idea es arrancar pronto, hacer camino al andar y arreglar la carga al trote por la ruta de la recreación del pensamiento y el mito revolucionarios de estos nuevos tiempos.

Arrancar imbuido del espíritu libre de José Carlos Mariátegui: de cariño, alegría, rebeldía, sentimiento, razón, capacidad crítica y determinación subversiva.

Listos a derribar dogmas y tabúes, a combatir patrones conservadores, a asumir todas las rebeldías necesarias y todas las libertades y liberaciones imprescindibles.

Prestos a conquistar el cielo por asalto, que equivale a conquistar el pan, la felicidad, el bienestar social, la belleza y la alegría para todos (as) los (as) oprimidos (as), para los excluidos (as), los(as) explotados(as) y para todos(as) los(as) jodidos (as) de la patria chica, de la patria grande y de todo el universo.

¡Escuela libre para seres humanos libres¡

¡Patria Grande, nueva democracia y nuevo socialismo es vida!

¡Otro país, otra América y otro mundo, solidarios, fraternos y emancipados son posibles¡


7 de agosto 2007, Santo Domingo, República Dominicana