El presidente de Bolivia, Evo Morales, abrió hoy el carnaval en su país bailando eufórico con una improvisada comparsa que recorrió las calles cercanas al Palacio de Gobierno, desordenando más el tráfico ya caótico en el centro de La Paz.

Durante una “ch’alla” indígena en Palacio de Gobierno, es decir una ritual para pedir bendiciones a la Pachamama (Madre Tierra), Morales destacó las tradiciones y recomendó a los funcionarios del Estado atender bien al pueblo en su trabajo diario.

Después participó de la fiesta a las puertas de Palacio con los ritmos más populares del folclore boliviano ejecutados por músicos que llegaron hasta la Plaza Murillo, donde están los Palacios de Gobierno y del Legislativo, para iniciar al carnaval que en Bolivia se celebrará hasta el martes.

El canciller David Choquehuaca, al que pusieron una peluca rosada y casi ahogaron con serpentina que le cubría todo el cuello, fue otro de los animadores de la fiesta bailando con sus colegas.

En medio del baile, Choquehuanca dijo a la prensa tajantemente: “Estamos en carnaval”, acotó que la peculiar y luminosa peluca rosada se la habían prestado y explicó que los aimaras saben celebrar y beber “responsablemente” respetando las tradiciones.

Todos desataron una inesperada fiesta popular que duró más de una hora y que tuvo al presidente Morales como protagonista estelar.



El mandatario bailó con varias “cholitas” (mujeres indígenas de pollera) de las comparsas paceñas, hizo rondas e incluso dio una vuelta a la plaza, guiado por un hombre disfrazado de cóndor, que es una figura habitual en las celebraciones folclóricas bolivianas.
Para Aguilar también es evidente que los oficiales a cargo de la seguridad presidencial “sufren bastante en este tipo de eventos porque es donde mayor aglomeración de personas hay”.

“Si bien hay una gran estima, cariño y afecto al Presidente y mucho respeto, (es posible) que no falte algún loco que pueda aparecer por ahí. Entonces redoblan el esfuerzo y tiene una estrategia bastante especial y algunos de ellos bailan alrededor” del mandatario, dijo Aguilar, con una sonrisa.

La fiesta sorprendió especialmente al joven chileno Salvador Bello, de 20 años, de Viña del Mar, quien dijo a Efe que había visto antes a la presidenta de su país, Michelle Bachelet, “bailando cueca, pero no tanto como Evo que está con su pueblo”.

Ricardo Pérez, de La Plata, Argentina, no se puede olvidar que tanto Evo Morales como García Linera, “si bien son muy importantes, no dejan de ser seres humanos y pueden disfrutar de esto como nosotros”.