Escrito por: Hecmilio Galván (triunfaremos@gmail.com)


Sea lo que sea que haya acontecido en Egipto, específicamente desde el 25 de enero de 2011 y que dio al traste con el Gobierno despótico de Hosni Mubarack; sean cuales sean sus causas, (cansancio, falta de oportunidades, ansias de libertad, hambruna, etc) lo que no puede ponerse en duda es que fueron los jóvenes, convertidos en cuerpo movilizado, los que protagonizaron esa historia.

En Egipto se le llama "La Revolución de la Juventud" porque el promedio de los que ocuparon la Plaza Tahrir no sobrepasaba los 30 años. También, por el uso intensivo de las telecomunicaciones y a las nuevas tecnologías.

Pero, quién no es joven en un país de 80 millones de habitantes, donde la media de edad es de sólo 24 años?

No han sido solo los jóvenes egipcios los que han protagonizado la historia últimamente. En 2005, los jóvenes franceses y europeos, particularmente los descendientes de los países del norte de África, las ex colonias, se movilizaron durante días y quemaron miles de vehículos exigiendo inclusión y oportunidades.

Unos años antes, en el 1999, la gran batalla de Seattle contra el neoliberalismo, conmovió al mundo, marcando un conjunto de movilizaciones mundiales protagonizadas por jóvenes, que durante el 2003 expresaron multitudinariamente en casi todos los países del mundo el rechazo de nuestra generación a una guerra genocida.

Ya Bush es historia vieja y dolorosa, pero no ha habido cumbre en Davos, de las Américas, de la Ronda de Doha de la OMC, del G7 o de la OTAN, que no arrastre cientos de miles a las calles. Cada Foro Social Mundial, del iniciado en Porto Alegre, cada cumbre de los Pueblos, cada Foro Social Caribe, Policéntrico, de Las Américas o Europeo, sencillamente convoca miles de jóvenes soñadores de los que creen que "otro mundo es posible"

Precisamente, bajo la convocatoria a creer en que "Se puede" fue que en Estados Unidos se eligió al primer presidente no anglosajón de la historia. Está demostrado que fueron los más jóvenes, que nunca votaban, los que creyeron en Obama y lo convirtieron en Presidente.

En Puerto Rico los estudiantes movilizados por defender la Universidad pública, la ocuparon varias veces y lograron hacer huir al Rector. Miles de jóvenes boricuas agregan nuevas páginas a la historia.

En Chile las últimas y más destacadas movilizaciones han sido las de los estudiantes secundaristas, los llamados pingüinos, movilizados también por una educación de calidad y pública.

Aunque no todo es positivo, en Bolivia y Venezuela, por ejemplo, las últimas movilizaciones de la oposición han estado protagonizada por jóvenes. Los estudiantes de la UCV en Venezuela y el llamado movimiento de las “Manos Blancas”, financiado por la USAID al estilo OTPOR y otros engendros, muestra también como los jóvenes pueden ser manipulados en su propia contra. Así pasa con la llamada Juventud Cruceña, que en Bolivia constituye una fuerza de oposición al Gobierno de Evo, una fuerza traspasada por la violencia, el separatismo y el racismo.

En la República Dominicana, constituidos en un sector poblacional organizable, los jóvenes se han convertido en un actor fundamental de cualquier proceso de cambio.

Desde la lucha contra la Guerra de Irak y contra la participación del Gobierno dominicano en una supuesta coalición para invadir ese país; que se organizaron protestas en el mundo entero y que tuvieron aquí su expresión en el Parque Independencia, (momento que puedo, por motivos de edad, poner como referente) se han ido sucediendo actividades y procesos de movilización y de protesta, la mayoría con un fuerte componente juvenil.

El surgimiento de Yatabueno y DeLuto (ambos disueltos), que se manifestaban en las zonas céntricas de la capital contra el Gobierno de Hipólito Mejía (2000-2004) y las actividades de Juventud Rebelde en 2003 y 2004 comenzaron a prefigurar una activa participación de los jóvenes en la vida política del país para este nuevo milenio, participación visible que venía en declive desde las movilizaciones estudiantiles de los 60 y 70, aunque siempre ha habido jóvenes participantes de los movimientos sociales y aunque al interior de la UASD, siempre han habido focos de resistencia.

Los jóvenes siempre han sido un fuerte componente en cualquier proceso de movilización y protesta, como en las huelgas populares, las tomas de terrenos, los viacrucis, marchas, etc, pero su participación en estos procesos se invizibilizaba, por tener un rol protagónico, otras categorías como el campesinado, los sindicalistas, los chóferes, los pobladores, etc.

Dos grandes procesos con un fuerte componente juvenil (que puedo contar) se sucedieron durante los años 2004 y 2005, y fueron, la lucha contra el Rockash y contra la aprobación de la Ley Sectorial de Áreas Protegidas, que pretendía cercenar las playas del Parque Nacional Jaragua (en especial Bahía de las Águilas) y del Parque Nacional del Este; y la lucha contra el engendro de la Isla Artificial.

Durante el primero de ellos, recuerdo como desfilaban los muchachos y muchachas de los mejores colegios del país expresándose en el Congreso Nacional, dentro y fuera. Los discursos de esos muchachos quedarán como joyas para el recuerdo en el Congreso.

Sin embargo, particularmente me atrevo a marcar como el inicio de la participación política destacada de la generación a que pertenezco, al atrevimiento que titulamos "La Otra Feria", cuando un grupo de estudiantes de diferentes universidades y profesionales, decidieron reunirse para mostrar la Verdadera República Dominicana frente a "la mentira, la corrupción y la falsedad".

Eso fue en agosto de 2006, y me aventuro a catalogarla como el lanzamiento formal de una generación. La mayoría de nosotros, profesionales ya, terminamos escribiendo en los medios de comunicación o perteneciendo a distintos movimientos.

La verdad es que pienso que el músculo se fue ejercitando, y se venía fortaleciendo desde el intento del Gobierno en 2005 de permitir la instalación de una base militar norteamericana en Barahona, lo que provocó movilizaciones ascendentes.

En 2007 las mayores movilizaciones juveniles que recuerde estuvieron cifradas por la lucha contra la desarborización de la ciudad capital, donde el movimiento juvenil urbano incipiente estrecho vínculos con los temas urbanos y ambientales. La lucha comenzó con el Helipuerto y terminó contra la "palmificación" de la ciudad a manos del síndico Roberto Salcedo.

En 2008 se logró hacer el Juicio Político y Moral a Alejandrina Germán y terminó ese año con la actividad en la Lira contra los indultos a Vivian Lubrano y a Antonio Marte, entre otros, con gran presencia de jóvenes de clase media.

El 2009 se inicia con las marchas que se organizaron para darle continuidad a este proceso contra los indultos, y que dieron al traste con la creación de "Toy Jarto", una compleja mezcla de actores que terminó dividido en dos: "Toy jarto, pero creo en mi país" y "Toy jarto, la conquista del cambio"; división simbolizada la sisma en sus terminales (dominio), el .com y el .org. Ambas expresiones, que nunca fueron estructuradas, ni agruparon la totalidad de los jóvenes de clase media que simpatizaron con el rechazo y descontento contra el Gobierno, después de una lucha fratricida y terrible por el nombre, terminaron diluyéndose en el tiempo.

En enero de 2009, también los grupos juveniles coordinados (Juventud Caribe, la Revuelta, La Multitud, Felabel y Colectivo Caracol) convocaron el Zapatazo a los corruptos que agrupó a los más combativos grupos juveniles del país en el Parque Independencia, mostrando la concepción anti sistémica del pensamiento de la vanguardia.

2009 también fue el año de la lucha contra la cementera en Los Haitises, la más masiva y destacada de las luchas del momento. Los jóvenes, los organizados y los independientes, llevaron la voz cantante en este exitoso proceso.

El 2010 fue marcado por tres hitos: la lucha contra la Barrick Gold durante toda la primera mitad hasta las elecciones de mayo, el Comité Contra el Abuso Policial en agosto de 2010, que desarrolló una marcha (de los mismos grupos del Zapatazo) contra la violencia; y las movilizaciones por el 4% para la educación, que aunque han unido al país, y tienen la participación de los empresarios, las ongs, los maestros y hasta de los campesinos, destaca la participación y empatía con los y las jóvenes desde sus diferentes expresiones.

En el 2011 continúa la articulación a favor por el cuatro porciento, y probablemente resurgirá la lucha para sacar la Barrick Gold del país. También parece que se articularán fuerzas alrededor de la desprivatización de la salud y la seguridad social.

Le queda sin embargo, a la juventud dominicana, convertida en sujeto social, floreciendo, en su seno múltiples iniciativas organizativas, atrayendo cada vez más jóvenes y ampliando su capacidad y su experiencia, un largo camino por recorrer.

En primer lugar, urge fortalecer la institucionalidad y la organización, que es la base del poder y la capacidad de influir para mejorar la sociedad. Aunque me constan esfuerzos serios en ese sentido, los millones de jóvenes del país están aun a la espera de conocer una forma de participar.

La formación política sigue siendo un desafío para jóvenes y viejos, mientras que, la confluencia de la parte organizada es fundamental.

Creo que los grupos organizados, a raíz de la práctica, deben tener reforzar los temas a favor del medio ambiente, de la educación, contra la violencia y la inseguridad, pero también incorporar temas como la desprivatización de la salud y la seguridad social, la Asamblea Nacional Constituyente, el desmonte del modelo neoliberal en todas sus vertientes, la alianza con los campesinos y productores nacionales, la aplicación de la Ley General de Juventud y las políticas públicas a favor de los jóvenes, y como perspectiva general, la construcción de una alternativa política superadora.

Todavía falta mucho por recorrer antes de lograr equipararnos con la juventud egipcia y su Revolución Democrática, pero tenemos que vernos en ese espejo.