El Ministerio de la Juventud
Por La Multitud
Por Hecmilio
Galván
Email: galvan.hecmilio@gmail.com
04 de agosto
de 2013
La existencia de un Ministerio de la Juventud es el
resultado directo de la promulgación de la Ley General de Juventud 49-00 y que
es la principal herramienta legislativa con que contamos en la República
Dominicana a favor de la juventud. Es una ley avanzada, vanguardia del
Continente.
A pesar de lo que se piensa, la promulgación de leyes de juventud y la creación
de oficinas y organismos especializados en la materia es una especie de
consenso en la mayoría de los países y responde a la necesidad de articular,
desde ellos, una política de juventud.
Todos los Estados del mundo, y desde el inicio de
su conformación, propónganselo o no,
ejecutan políticas orientadas a los jóvenes, ya sea desde el punto de vista
educativo, desde el punto de vista de coercitivo, desde el punto de vista de la
cultura, el deporte o el trabajo.
Las nuevas ideas sobre políticas de juventud, sin
embargo, se orientan hacia promover la
participación y a priorizar la articulación, para que todas las intervenciones
estatales sobre jóvenes tengan un sentido y una dirección, y no resulten
acciones aisladas, dispersas y superpuestas.
Para lograr ese objetivo se recomienda la creación
de organismos especializados en juventud para que puedan formular, articular y
garantizar las políticas e intervenciones para jóvenes que ya se ejecutan o que
se tienen que ejecutar.
No necesariamente esta institución debe ostentar el
rango ministerial. De hecho, en pocos países lo tiene. Se recomienda el rango
Ministerial únicamente para fortalecer su rol de interlocución y articulación
frente a otros ministerios.
La formulación y ejecución de una Política de
Juventud es el reconocimiento por parte del Estado de la existencia de características
importantes sobre las cuales hay que intervenir, ya sea para reducir los
riesgos (violencia, enfermedades, etc.), como para potenciar las habilidades y
aportes (transformación cultural, propensión al cambio y adaptación a nuevas tecnologías,
por ejemplo).
La idea responde al criterio de la "discriminación
positiva", pero también de creación de capacidades y potenciación de
habilidades y competencias, inherente a los jóvenes, como parte de una política
social a gran escala que incluye atención especial a mujeres, niños, adultos
mayores y minorías. Lo cierto es, que los Estados que aprovechan las diferentes
capacidades y aptitudes que poseen sus habitantes, y que cambian a medida de la
edad, están logrando actores sociales que aportan más al desarrollo y al
progreso.
Una efectiva Política De Juventud consiste, por
tanto, en articular y dar coherencia a
todas las intervenciones del Estado, a través de sus múltiples agencias, para aprovechar
lo mejor de la edad juvenil y eliminar los mayores riesgos a que se enfrenta
esta parte población.
No se recomienda por tanto invisibilizar la política
de juventud al vincularla a otros temas como cultura, deportes o familia; todos
tienen vínculos muy estrechos, pero las políticas públicas resultan más
eficientes cuando articuladas, logran focalizarse y atender en su justa dimensión
los problemas y objetos de intervención.
La falla fundamental del Ministerio de la Juventud
que tenemos, pero no de ahora sino durante todos estos años, ha sido, su alejamiento de los objetivos por el que
fue creado.
Para el Estado dominicano, sin embargo, este
"ministerio" sólo tiene el nombre, ya que maneja un presupuesto
inferior a cualquier oficina pública de segundo o tercer grado en el escalafón.
La Ley “de Juventud es tácitamente clara cuando especifica
las funciones del Ministerio que crea. En su artículo 46 dice se crea la
Secretaría de Estado de la Juventud, como instancia rectora, responsable de
formular, coordinar y dar seguimiento a la política del Estado dominicano en
materia de juventud, y velar por al cumplimiento de la presente Ley,
lamentablemente sin que nadie hasta ahora la haya respetado.
El Ministerio de Juventud no está para dar becas,
ni computadoras, ni viajes, ni empleos, ni para poner internet wifi. Para esas
intervenciones existe el Ministerio de Educación Superior, INDOTEL, la
Cancillería o el Ministerio de Trabajo. El Ministerio de Juventud debe
articular, supervisar y garantizar que las instituciones del Estado cumplan su
papel en materia de juventud.
El principal problema es que por falta de
conocimiento de la Ley de Juventud, nadie la defiende. Los movimientos
juveniles, ni los jóvenes en general se han empoderado de su propia Ley, en
realidad la mayor parte la desconoce; y lo que no se conoce no se puede
defender.
La Ley y el Ministerio, ambas son conquistas sociales,
que nuestra sociedad no ha aprovechado por falta de empoderamiento social y
ciudadano. Debemos defender ambas conquistas, exigiendo que funcionen
debidamente y que cumplan el rol para el que fueron creados. Creo que esta es
la discusión de fondo que debemos estar desarrollando.
Así como hubo una discusión y un poderoso
movimiento para que se cumpla la Ley de Educación, lo mismo debemos hacer para
que se cumpla la Ley de Juventud, que es al final lo que beneficiaría a las
juventudes y al país.
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