Militantes revolucionarios de diversas tendencias se juntaron para reconocer la entereza de este hombre
Escrito por: FELIX MENDEZ

"Cuando alguien está saliendo de un río, le quedan los pies. Y quiero sacar los pies también limpios, porque tengo el cuerpo limpio".

El homenajeado citó a Barbarín Mojica, "el más puro de los sindicalistas del país" para tomar la metáfora con que aquel líder portuario declinó una diputación que le ofreció su compadre, el vicepresidente de la República, Jacobo Majluta.

-Compadre, yo he visitado a algunos presidentes, entre ellos con Fidel (Castro), y les he dicho que los partidos han llevado a sus países a un desastre".

Barbarín, recuerda Iván, concurrió a la cita acompañado de los demás dirigentes del sindicato Poasi, pues aconsejaba que "nunca debe irse solo a una reunión con un político" de los partidos tradicionales, de la derecha.

Iván inició con esa cita el agradecimiento en el acto con que fue reconocido por sus más de 50 años de lucha a favor del pueblo dominicano y de otros pueblos del mundo, celebrado en el club de empleados de la CDEEE.

Con respecto al homenaje, y justificando a "los imprescindibles" de Bertolt Brecht manifestó su preferencia por los homenajes a los revolucionarios al final de sus vidas, "cuando puede verse cómo las terminan".

"Pero tengo un gran respeto por Iván, que ha tenido tantos compromisos, ejemplos tan extraordinarios", por lo cual juró que "mientras mueva un dedo, será a favor de la revolución".

La izquierda Con 71 años a poco de cumplir y una salud de hierro, fue definido "símbolo y representación viviente de dos gestas estelares del pasado siglo XX: el levantamiento armado del Movimiento 14 de Junio" y la Revolución de Abril y la Guerra Patria, "consecuente continuador de Manolo, Minerva, Fernández Domínguez y Caamaño", en el discurso que a nombre de la izquierda leyó Narciso.

"Y lo es, sobre todo, porque en el transcurrir de las décadas que siguieron a esas dos sucesivas gestas democráticas y patrióticas, en pleno predominio y despliegue de la contrarrevolución imperialista y oligárquica, Iván Rodríguez –lejos de cometer cualquier hecho o de asumir cualquier actitud alejada o reñida con el sentido emancipador y libertario de esos trascendentes acontecimientos históricos- ha sabido representarlos con la reciedumbre de sus principios y de su moral".

Esa confianza, aparecida también en la semblanza confiada por la familia a Chaljub Mejía, elevó el homenaje a reafirmación de valores, entre ellos los familiares, muestra en el testimonio de Doña Miriam, quien desde hace 53 años es la compañera de lucha y sentimental de Iván.

Su compañera Para ambas familias, Iván es considerado el tronco moral de todos que, en todo ese tiempo, desde que ambos casaron a los 18 él y ella a los 15, ha demostrado firmeza, lealtad, honestidad, valentía y disposición al sacrificio, "siempre honrando con los hechos sus propias palabras".

Doña Miriam, compañera también de prisión de su esposo, opina que "hay que tener mucha convicción política o ideológica para, con apenas 24 años de edad, teniendo seis años de casado y con tres hijos, una esposa, entregarse en cuerpo y alma a la lucha revolucionaria", en la que Iván permanece.

Recuerda como la prueba más difícil de esa larga lucha la prisión de ambos en 1970, durante el régimen del "Padre de la democracia" (la dictadura balaguerista) en un campo de Nagua, La Totuma, cuando fueron forzados por las tropas a dejar abandonados en el campo a sus hijos Jorge (11 años) y Raúl (7), que vecinos tomaron a cargo.

Pero hoy, su reflexiona es que, al mirar atrás, "vale la pena; estuvimos, estamos y estaremos al lado de las mejores causas de nuestro pueblo y de los pueblos del mundo. Y agrega que "la dignidad y la convicción revolucionaria nos han permitido crecer como seres humanos, lo que ha sido soporte de la familia y de la amistad sincera que nos brindan los amigos y amigas; el respeto que nos hemos ganado viene de una vida de entrega".

Chaljub Mejía, igualmente acompañado de su siempre Dulce compañera, observó que desde que la historia llevó a Iván a posiciones de suprema dirección en el Partido de los Trabajadores Dominicanos –PTD- (marxista-leninista) en que ha militado en los últimos 30 años, "ha seguido comportándose como el hombre discreto y sencillo, el compañero callado y austero, ajeno a la aparatosidad y al afán de figureo, que tan tentador resulta para algunos".

"Él ha sido tan consecuente, que ha sabido ser revolucionario empezando por serlo en su propia casa", por lo que a su lado ha estado siempre su familia, "en cuya cima hay que colocar a la que ha sido compañera inseparable en todos los pasos y todas las estaciones de una jornada larga y agotadora".

Comité organizador El vicerrector académico de la UASD, profesor Nino Féliz, al abrir el acto en nombre del comité, proclamó: "La izquierda del país ha tenido en Iván Rodríguez el mejor cantor de la unidad revolucionaria del propósito común, de la posibilidad de construir un camino con los elementos que unifican, y no con aquellos que dispersan, separan y conducen casi a la nada" y, en medio de la crisis actual de valores, lo personalizó como "una luz en el horizonte, en la cual la juventud puede encontrar el ejemplo del decoro, el compromiso y la dignidad".

Entre otros invitados estuvieron el embajador de Cuba y la embajadora de Nicaragua, representantes de las embajadas de Venezuela y de Bolivia, mensajes del Partido Comunista de Cuba, del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, de la Asamblea de los Pueblos del Caribe, que le otorgó una medalla y un pergamino, viejos camaradas y personalidades.

Entre ellos Delio Gómez Ochoa, Fidelio Despradel, Ramón Almánzar, Guillermo Moreno, Fernando Peña, Manuel Salazar, Virtudes Álvarez, Virtudes de la Rosa, Secundino Palacios, los familiares de ambas familias, nietos y biznietos, amigos y relacionados.

La actividad fue cerrada con presentaciones artísticas de Enrique Féliz, la Rondalla de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y un perico ripiao que le dio el toque festivo, alegre, al acto.