¡Ya viene Abril!

Por ahí viene, se acerca como caballo viejo, lento pero seguro de sus pasos. Convencido como el que más, de que sabe más por viejo que por diablo.

Ahí está llegando, haciéndose espacio por dentro de la maleza de la putrefacción del hoy. El hoy que es consecuencia del ayer, como el mañana será consecuencia de lo que hagamos nosotros.
El viento cálido de abril se acerca, sin embargo, para oxigenar nuestras extremidades, para renovar las fuerzas ya agotadas por el paso del desencanto. Como siempre, abril, augurando las flores del flamboyán y las verdecidas praderas de la patria, viene con la esperanza.

Ya llega abril con los pedazos de espejos para unirlos en el caudal de sueños de tantos patriotas olvidados y queridos. Para pegarlos de las frentes de los niños reflejando las estrellas y las risas.
Ya llega abril Fernández Domínguez, el abril dignidad, el abril Caamaño, Lora Fernández, libertad.

Llega abril y nos encuentra así, desnudos, golpeados, vejados y dispersos. Vendidos al peor inversionista extranjero. Nos encuentra así, divididos y burlados, traicionados y sin norte. (Pero buscándolo)

Viene abril, 45 años, y siguen los mismos festejando sobre tu sangre y haciendo de tu templo un mercado de conciencias. Viene y casi ni nos encuentra, minimizados, contaminados, contaminadas, amenazados, amenazadas.

Llega abril, y si ayer nos traían acorazados y metrallas, hoy nos traen ácido, lobistas y contratos leoninos (si leoninos) para saquear lo poco que nos queda.

Llega abril, y el recuerdo de Caamaño que retumba desde la Puerta del Conde hasta las lomas de Ocoa, deberá hacer llover vergüenza y extenderse hasta las lomas de Cotuí, La Vega y Bonao, para desde ellas, hacer brotar las ramas de los bosques del decoro que necesitamos para vencer.

Hoy, como ayer, ¡FUERA LA BARRICK GOLD!