CREEME
CREEME
Por: Silvio Rodríuez
Créeme. Un grupo de intelectuales escribió un mensaje paternalista a los artistas cubanos. Ellos pretenden enseñarles las terribles condiciones políticas en que viven y como salir de ellas.
Créeme. Ellos creen que el pueblo cubano no tiene una Constitución Política que fue redactada en un proceso de discusión democrática en el cual participó todo el pueblo cubano. Quieren que ellos prefieran las Constituciones que congresos restringidos les impusieron en sus países, pues creen que les pueden dar lecciones de democracia al pueblo cubano.
Ellos creen también que los cubanos viven sin leyes y son gobernados por 2 ó 3 personas a las cuales se someten como ovejas. Otra vez se ilusionan por lo que pasa en sus países donde sí los pueblos se someten a una minoría oligárquica que les impone las más terribles condiciones de vida sin que las grandes mayorías logren apearlos del poder.
Ellos creen aún que los intelectuales cubanos, sus artistas, sus pensadores están sometidos a poderes extraordinarios del Estado, gobernado autoritariamente desde arriba. Por esto se atreven a explicarles lo que deben hacer para dejar de someterse a esta dictadura feroz que los oprime.
A quienes se dirigen realmente? Con quienes quieren armar este “diálogo” entre los sabios “libres” y los intelectuales “oprimidos” e ignorantes?
Créeme que estos oprimidos derrumbaron una dictadura contra la cual lucharon en grandes olas de masas revolucionarias y crearon un Ejército Rebelde que impuso la reforma agraria y botó a los que intentaron apropiarse del movimiento revolucionario. Este mismo pueblo luchó contra la invasión de Bahía Cochinos armada y apoyada por la mayor potencia militar del mundo y los derrotó en algunas horas. Este mismo pueblo logró estacionar poderosos misiles en su territorio que obligaron a la mayor potencia militar del mundo a un acuerdo para preservar a Cuba de una nueva invasión.
Créeme. Por si no bastara esto, este pueblo enfrentó años y años de acciones guerrilleras y terroristas financiadas y apoyadas por los Estados Unidos, habiendo derrotado las mismas con enormes costos de vidas humanas. Si no lo bastara, tuvieron que enfrentar el cerco de TODOS los gobiernos latinoamericanos que (excepto México) rompieron relaciones con Cuba bajo el comando estadounidense durante toda la década del 60 y buena parte de los 80s.
Créeme. Resistieron al bloqueo económico que impide hasta hoy que Cuba negocie con empresas estadounidenses y que pretende incluso impedir que cualquier empresa del mundo que negocie con EE. UU. lo haga también con Cuba.
Pero créeme. A pesar de este cerco colosal, este pueblo estableció el más avanzado sistema educacional de las Américas, un sistema de salud modelo para el mundo, una distribución del ingreso única en el mundo, una producción cultural admirada en todo el mundo, una performance deportiva de las más altas del planeta, un sistema de prevención de desastres naturales muy superior de los existentes en toda América.
Pero, como si no bastara todo esto, este pueblo ha creado un programa de ayuda internacional de una generosidad excepcional. Pero lo más increíble ha sido su lucha al lado del pueblo angolano para garantizar con sus vidas y su revolución anticolonial. En seguida ayudó decisivamente a ese pueblo a derrotar el ejército de los racistas sudafricanos derrumbando así el Apartheid. Y ningún manifiesto de “ intelectuales libres” retirará el sentimiento de orgullo que esta victoria representó para miles soldados y millones de cubanos.
Créeme. Al pueblo que condujo esta gesta colosal, esta epopeya que llenó de orgullo los pueblos de América Latina y del Sur del planeta en general, les quieren asignar la condición de sumisos a una dictadura sin leyes, sin respecto a los derechos humanos, sin libertad cultural, sin derechos constitucionales, sin leyes y sin soberanía. Señores “intelectuales libres”, miren hacia dentro de sus países, hacia la miseria de sus pueblos, hacia su total falta de libertad, hacia los asesinatos en masa de campesinos, indígenas, negros y otros sectores excluidos de sus sociedades, miren hacia sus dirigentes, miren hacia Ustedes mismos, enajenados de sus pueblos. Miren hacia las potencias democráticas que tanto admiran, con su terror colonial, sus guerras brutales, su represión sistemática, sus “poogrons”, sus genocidios. Ocúpense de detener a los que arrojaron las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, a los asesinos nazi-fascistas que aún están libres y admirados. No les parece una cobardía cruel volcarse en contra de este pueblo heroico y pretender enseñarles el significado de democracia y derechos humanos?
Créeme. Nos encorajamos con Silvio Rodríguez que declaró en una entrevista reciente:
“ - digo lo mismo, ahora, al cabo de todos estos años -no son 50 pero son ya cuarenta y tantos, 43 ó 44-: me parece muy bien; y para mí país es lo mismo, estoy viendo un poco amplificado últimamente situaciones hacia Cuba y contra Cuba que durante todos estos 50 años las he visto, idénticas. Y en este momento, quizás producto de las características de la tecnología, parece, pareciera, que hay como un consenso superior contra Cuba.
Pero yo, que llevo 50 años viviendo en Cuba, y que conozco todo eso que ha pasado, sigo teniendo muchas más razones para creer en la revolución que para creer en sus detractores”
Cuba hizo muchas revoluciones dentro de la Revolución. Empezó una nueva historia. Rompió con las cadenas coloniales como ningún otro país del mundo lo hizo. Vive hoy su propia historia.
Estamos y estaremos siempre apoyando al pueblo que tuvo coraje de escribir su propia historia, de pie y con la frente en alto.
Mas si alguien se atreve a arrebatarme*
tanto tesoro ahorrado en estos años,
tanta niñez feliz, tanto cariño,
tanto descubrimiento, tantos sueños,
juro desenfundar mi fantasía
y a golpe de canción dar la batalla;
juro que haré volar mi maravilla
en nombre de este tiempo y su poesía.**
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