Hay que ver el bosque entre las hojas
Por Franiel Genao Núñez
4/5/2012

Hace dos años en las elecciones municipales y congresionales que se celebraron en el país, ejercí por vez primera mi voto. Toca de nuevo en este 2012 acudir a las urnas, movilizarse de uno rincón a otro para manifestar a través del marcador y el papel en estas elecciones presidenciales nuestros deseos en cuanto el destino del Estado que nos gobierna.

En nuestro país, donde hemos forjado una “democracia representativa”, que un día más que otro día se vuelve una caricatura grotesca, alejada de los más elementales principios morales y humanos de justicia social, que cae en un usual sentido de lo común, más parecido a esa “democracia del trópico” con la que, Porfirio Funess, gobernó por décadas su isla en el Caribe, como nos retrata, Enriquillo Sánchez, en su novela “Musiquito, anales de un déspota y un bolerista”.

Ese parecido más que nada responde a la falta de voluntad política de quienes desde Santana -con la honrosa excepción de Juan Bosch- han manejado el Estado y sus instituciones bajo los intereses de las minorías, quienes se han beneficiado a costa del sufrimiento, explotación y vejación de las mayorías. Santanistas o Baecistas, conservadores o liberales, bolos o coludos y en nuestros tiempos, perredeístas o peledeístas, siempre a sido los mismos con otros colores, traidores a la patria, incapaces de ver más allá de sus interés.

A 17 días del 20 de mayo el eco popular da como ganador de esta contienda electora a Danilo Mejía o Hipólito Medina, ambos miembros de las cúpulas-corporativas de la partidocracia reinante. No hay avance ni con uno, ni mucho menos con el otro, cada uno desde sus posiciones están pegados al mismo proyecto neoliberal, a la misma política entreguista al Fondo Monetario Internacional y a las Trasnacionales, como la Barrick Gold.

Este artículo no es para cansar con las mismas chácharas de siempre, ya todos sabemos lo que ambos son y representan, pero mi interés es que aprendamos a ver el bosque entre las hojas. Aparte de Danilo o Papa, hay en este certamen candidatos que marca y dicta un discurso diferente a los que nos tienen acostumbrados, lo cual no es difícil, viendo lo limitado del contenido que se manejan en las campañas de los candidatos tradicionales, siempre foto y color, como si de comprar un helado o una camisa de rayas en Plaza Lama se tratar el asunto.

Hay más donde poner los ojos y las ganas, no es verdad que estemos condenados al voto del menos malo o del que ya le conocemos las mañas. Ahí esta Max Puig, de la Alianza por la Democracia, Guillermo Moreno, por Alianza País, Julián Serulle, en el Frente Amplio o Eduardo Estrella, con Dominicanos por el Cambio. Yo creo sinceramente que con ellos podemos marcar la diferencia en esta, como en las próximas elecciones.

Tenemos que empezar nosotros a romper el mito de que “son buenos, pero no va pa parte”, porque si son buenos, son diferentes, pero esta en nosotros sumarnos a un proyecto que nos encamine lejos de los senderos que hasta ahora hemos venido trillando de las manos del bipartidismo.

Es por eso es que en esta ocasión yo voy a echar un voto por un gobierno honesto, para poner el país de pie, para protestar como mi voto, haciendo la diferencia, porque es más lo que necesitamos en educación, salud, medio ambiente y soporte del campo.

Si cada uno hacemos lo mismo y nos comprometemos con el presente y futuro del país, no hay fuerza que nos detenga. La patria solo la podemos hacer caminando