Radio Nederland / Lunes 14 de mayo de 2012
http://www.prensarural.org/spip/spip.php?article8167

El periodista colombiano Jorge Enrique Botero opina que es “el momento” de realizar el debate sobre cómo se informa sobre el conflicto colombiano. “Esta historia está muy mal contada: no es una guerra entre buenos y malos”.

El pasado lunes, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) emitieron un comunicado en el que condicionan la liberación del periodista francés Romeo Langlois, retenido el 28 de abril, a un “amplio debate nacional e internacional” sobre la cobertura periodística del conflicto armado en Colombia. La propuesta fue rechazada de inmediato por los principales medios de comunicación nacionales e internacionales, que exigen la liberación incondicional de Langlois. “Esa condición para liberar a un secuestrado es absolutamente improcedente y colisiona con las prácticas internacionales”, manifestó el presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Gustavo Mohme. Sin embargo, no todos comparten su opinión. El periodista colombiano independiente Jorge Enrique Botero, autor de varios libros sobre el conflicto en su país, cree que es el momento de realizar este debate. “Durante cinco décadas, las FARC han sido totalmente vilipendiadas, deformadas y manipuladas a nivel mediático, y ahora consideran que es el momento de poner las cosas en su lugar desde el punto de cómo se cubre el conflicto colombiano”, declara Botero a Radio Nederland.

Manipulación informativa

A juicio de Botero, la información que la prensa colombiana e internacional proporcionan sobre el conflicto está desvirtuada y, de ante mano, posicionada. “La información militar y del conflicto en Colombia se basa, en un 98 por ciento, en los datos que suministran el Ejército y las fuerzas militares a los medios de comunicación. Estos medios no confrontan la información y, por lo tanto, la que llega al ciudadano está desequilibrada”, asegura el periodista. “A mi modo de ver, este conflicto se cubre bastante mal, tanto desde el punto de vista numérico como en la utilización de fuentes. Nuestra historia del conflicto está muy mal contada, los ciudadanos no han tenido acceso suficiente a información, y esto sucede tanto en el campo de batalla como en las zonas campesinas”, asegura Botero. Así mismo, comenta que la reacción de la prensa colombiana al desestimar esta propuesta de las FARC “sólo demuestra que los medios le tienen mucho miedo a ese debate, porque han sido cómplices y actores principales en la gasolina que se le echa diariamente al conflicto, atizando las llamas de la guerra y tocando los tambores del odio, algo que ha causado un efecto bastante desastroso en la sociedad colombiana”.

“No es una guerra entre buenos y malos”

Según Botero, hay dos elementos clave que deberían introducirse en las informaciones generalistas sobre la cobertura del conflicto colombiano. Por un lado, pluralidad de fuentes, y por otro “el uso de adjetivos y de matrices mediáticas que demuestren que la guerra que vive Colombia no es entre buenos y malos”. A este respecto, a modo de ejemplo, menciona que “para la prensa, cuando miembros de la fuerza pública caen en el campo de batalla, son asesinados, mientras que cuando mueren guerrilleros, en el mismo campo de batalla, se habla de abatidos”.

De tal modo, para Botero, el caso de Romeo Langlois, quien fue retenido por las FARC en el departamento de Caquetá mientras acompañaba a unidades del Ejército para filmar un documental para la televisión France 24, “no tiene nada que ver con el secuestro”. Y va más lejos, pues cree que, tal como han sucedido los hechos y según han relatado los testigos, “lo que sucedió en realidad hace 10 días, cuando Langlois quedó en poder de la FARC, fue que éstas le salvaron su vida. Él estaba en grave peligro porque usaba prendas militares y en el fragor del combate era imposible identificar si era o no un civil”. Según el comunicado de las FARC, el periodista francés está retenido “en calidad de prisionero de guerra”, algo que viola las normas del Derecho Internacional Humanitario (DIH), pues en virtud de esta normativa, los periodistas son civiles protegidos y no se les puede catalogar como prisioneros de guerra. No obstante, Botero señala que “el hecho de que haya caído en manos de las FARC no significa que lo hayan secuestrado. En el comunicado, los guerrilleros informan que Langlois se encuentra en proceso de sanación de la herida que sufrió durante el combate; entonces están buscando las condiciones para devolverlo sano y vivo al seno de su familia y amigos”.

Final feliz

Al igual que Botero, la ex senadora colombiana Piedad Córdoba, directora del colectivo Colombianos y Colombianas por la Paz, confía en que Langlois sea entregado pronto. Sin embargo, el informador apunta que “la responsabilidad de que esta posibilidad sea cierta y rápida depende de que se cesen los operativos militares que hay en la zona, pues el permanente patrullaje que hace el Ejército, y losbombardeos que se están desarrollando dificultan que ese episodio feliz se lleve a cabo con prontitud”.

Escucha el audio completo de la entrevista aquí:

http://www.rnw.nl/espanol/article/botero-%E2%80%9Clas-farc-salvaron-la-vida-a-
langlois%E2%80%9D