Honduras: Micheletti decretó el estado de sitio

El gobierno de facto suspendió las garantías constitucionales por 45 días; Lula señaló que no tolerará la presión "de un gobierno golpista", tras el últimatum desde Tegucigalpa para que definieran la situación de Zelaya, refugiado en la embajada de Brasil

Septiembre 27, 2009


TEGUCIGALPA-. (EFE).- El Gobierno de facto de Honduras suspendió las garantías constitucionales por 45 días, a través de un decreto que restringe las libertades de circulación y expresión y prohíbe las reuniones públicas. La medida fue anunciada por cadena nacional de radio y televisión. En tanto, crecen las tensiones entre el gobierno de Micheletti y Brasil.

El decreto ordena el desalojo de toda institución pública tomada por manifestantes, el cierre de medios de comunicación que "ofendan la dignidad humana, a los funcionarios públicos o atenten contra la ley" y la detención de personas que sean consideradas sospechosas.

La norma fue dictada el pasado 22 de septiembre por el presidente de facto, Roberto Micheletti, en consejo de ministros, y fue publicada el sábado en La Gaceta oficial.
La medida se tomó, según el decreto, con el fin de "mantener la paz y la seguridad interior" del país ante la "perturbación grave de la paz" ocasionada por incidentes ocurridos después de que el presidente depuesto, Manuel Zelaya, regresara al país tras su derrocamiento el 28 de junio pasado.

Además de prohibir "la libre circulación" y "toda reunión pública no autorizada por las autoridades policiales o militares", el decreto autoriza a la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL), "a través de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, para suspender cualquier radioemisora, canal de televisión o sistema de cable que no ajuste su programación a las presentes disposiciones".

Ultimátum. En tanto, el Gobierno de Micheletti dio un ultimátum de diez días a Brasil para que defina la situación del derrocado presidente Manuel Zelaya, refugiado en su embajada, pero el presidente Luiz Inácio Lula da Silva respondió que no lo cumplirá.
En un comunicado emitido anoche por la cancillería, el gobierno de facto de Roberto Micheletti pidió a Brasil que su embajada en Tegucigalpa no sea utilizada para llamar a la insurrección.

"De no ser así, nos veremos obligados a tomar medidas adicionales conforme al derecho internacional", comunicó la cancillería, aunque no especificó a cuáles medidas se refería.

Pero el presidente brasileño Lula, que ofreció su embajada a Zelaya durante el tiempo que fuera necesario, dijo a periodistas que no respetaría ese plazo.

"Brasil no tolerará un ultimátum de un Gobierno golpista", dijo Lula a periodistas tras acudir a una cumbre América del Sur-Africa en isla de Margarita, en el caribe venezolano.

"Si entran por la fuerza, estarán cometiendo un acto que rompe las normas internacionales", agregó.

La semana pasada, el Consejo de Seguridad de la ONU emitió un pronunciamiento en el que exigió que las autoridades instauradas en Honduras que dejen de hostigar la embajada brasileña.

En el mismo comunicado, la cancillería hondureña señaló, además, que no permitirá el regreso de los embajadores de Argentina, España, México y Venezuela, retirados tras el golpe del 28 de junio, a menos que esos países reconozcan antes al gobierno de facto.